Hoy te quiero hablar con lágrimas goteantes al amanecer.
Como la noche tierna que poco a poco se va desvaneciendo,
la luna pierde su esplendor e inicia un nuevo día.
El sol se vuelve en un corazón brillante aclarecedor,
Quizás me convierta en un gran emperador.

Mi bella y elegante princesa, de sueños luminosos,
Apartado del viento que sopla en tiempos de huracán,
Y de las olas del mar que arrastran todo a su paso,
Esperando que no se cansen los días que faltan para llegar a ti,
Corazón de rosas sin espinas, tus palabras son dulce como la miel,
Tu mirada tierna me hace ver más allá del horizonte,
Dulces melodías acarician mi rostro,
Rayos de luz cubren mi cabeza,
Presencia de DIOS me ilumina,
De amor eterno y esperanza se llena mi alma.

Quiero saber que opinas acerca de mi ilusión placentera,
Que medito este día tan especial,
Que siento en lo más profundo mi corazón,
Si Dios padre lo permite estaremos juntos sin agotar nuestra fe,
Que es en el señor Jesús nuestro salvador.

He aquí eres hermosa, amiga mía, he aquí eres bella, tus ojos son como palomas.

Autor: Elvys Rodríguez

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